La globalización y el avance tecnológico han producido una evolución en los procesos migratorios de las últimas décadas, trasformando las sociedades europeas en espacios multiculturales y provocando el surgimiento de nuevos estilos de vida y estructuras familiares.

Este artículo pretende desde una mirada transcultural, acercar al lector o lectora cuáles son las motivaciones que le llevan a una persona a migrar por razones conyugales y los retos a los qué se enfrentan las parejas transculturales binacionales.

¿QUÉ ES UNA PAREJA TRANSCULTURAL BINACIONAL?

Una pareja transcultural, es aquella en la que los miembros de la pareja se diferencian culturalmente en aspectos que pueden afectar a la relación y organización de la vida de la pareja (Bermúdez y Brik, 2010).

En concreto, este artículo se centrará en las denominadas por la literatura, parejas transculturales binacionales, conocidas como aquellas uniones sentimentales formadas por personas con diferentes nacionalidades.

Se trata por tanto de parejas que han decidido conjuntamente, que uno de los miembros migre al país de origen del otro para formar un proyecto conyugal.

Este tipo de uniones conllevan la formación de un nuevo sistema familiar complejo en el cual, tienen lugar multitud de adaptaciones y negociaciones, donde se realizan elecciones de manera voluntaria, pero donde también se deben afrontar diversidad de conflictos transculturales (Albert y Massanet, 2008).  Escrito por Eduardo Brik, Borja Cuellar y Blanca Cividanes

Es de destacar, que desde la asociación Terapias Sin fronteras en Madrid se ha podido observar que muchas de las parejas transculturales binacionales, que son atendidas, parte de los conflictos que plantean son debido a que uno de los miembros se ha visto presionado a migrar, sin ser su deseo realmente.

En España, se ha observado un crecimiento de los matrimonios transculturales del 8,1% en comparación con los matrimonios entre españoles que han ido disminuyendo con el paso de los años hasta concentrar una pérdida del 3,2%, entre el 2000 y 2011 (Pérez, 2015).

LAS PARTICULARIDADES DE MIGRAR POR RAZONES CONYUGALES

Los proyectos migratorios suelen tener fecha de caducidad, es decir, el migrante tiene la idea de volver a su país de origen y reagruparse con su familia. Sin embargo, aquellas personas que migran por razones conyugales dejan su país de origen y su entorno familiar y social con la intención de formar parte de una nueva familia y de un nuevo sistema relacional en el país de destino.

Suarez, 2008, propone que esta falta de proyecto de retorno es un factor principal para entender el contexto en el que se forman las parejas transculturales binacionales y la relación de éstas con las redes familiares de origen.

Las personas que migran por razones conyugales describen su proyecto migratorio desde el marco sentimental, siendo habitual que no se sientan migrantes puesto que el amor y la conyugalidad legitima y explica su movilidad internacional y les permite alejarse de las motivaciones económicas que suelen asociarse con un proyecto migratorio mayoriatariamemte (Roca, Soronellas y Bodoque, 2012).

Por otra parte, aquellas personas cuyas causas migratorias sí son económicas, dejan a su familia en el país de origen y envían periódicamente dinero, a la par que mantienen el contacto y en la medida de lo posible continúan ejerciendo su rol familiar. Estas prácticas se entienden como mantenimiento de la transculturalidad y cómo dice Parella, 2007, son migrantes que llegan mirando atrás, hacia la familia dejada, mientras que aquellas personas que migran por razones conyugales llegan mirando adelante, a la familia que quieren formar.

Siguiendo con esta idea, en el proyecto migratorio por causas conyugales encontramos que, la persona migrante toma un papel activo y protagonista al ser un proyecto personal de establecimiento de una relación sentimental en el país de destino y en muchas ocasiones con idea de formar una familia. Esto, conlleva a que sea un tipo de migración no estructurada.

Roca, Soronellas y Bodoque, 2012, llevaron a cabo distintas entrevistas a mujeres que habían migrado por causas conyugales, las cuales explicaron que aunque migraron con la ilusión del enamoramiento tenían muchos miedos a equivocarse y perder a su familia de origen.

Si bien es cierto, que su causa fundamental era el amor, también el miedo a la soltería, el deseo de aumentar su independencia, su desarrollo profesional y una vida más confortable, fueron razones para tomar la decisión. Además, añaden, que las mujeres las son que en mayor medida migran utilizando la vía matrimonial.

 ¿A QUÉ SE ENFRENTA UNA PAREJA TRANSCULTURAL BINACIONAL?

Xiao es una mujer de nacionalidad China y tiene 30 años, hace dos que conoció a Roberto un español de 29 años,  en una estancia de trabajo de él en un parque temático de Pekín donde ella trabajaba. Durante dicha estancia, comenzaron con una relación que pensaban que acabaría cuando él volviera a España, sin embargo, Roberto le pidió a ella que viniera a España a vivir con él.  Xiao no lo dudó, y negociaron que se quedaría un año trabajando en Pekín para recoger todo y preparar a su familia, y tras este tiempo decidieron casarse y empezar su proyecto conyugal en un pequeño pueblo en el interior de Lleida.

El caso de Xiao muestra una situación en la que ésta, decide migrar para comenzar un proyecto conyugal con Roberto.

A partir de este caso, podrás observar a qué se enfreta una pareja transcultural binacional y que áreas  se explorarán en una pareja transcultural binacional desde un Modelo sistémico Transcultural.  Escrito por Eduardo Brik, Borja Cuellar y Blanca Cividanes

  • Familia de origen

“Los primeros meses desde que tome la decisión de que sería mi ultimo año en China, estaba muy ilusionada con la idea de empezar una nueva vida con Roberto, pero los dos últimos meses fueron muy duros, empezaron las despedidas y tener que empaquetar mis cosas, mi madre me preguntaba continuamente si estaba segura, y lo cierto es que en muchas ocasiones no lo estaba, sabía que me quería ir, pero no me hacía a la idea de no volver”

El primer reto que se enfrenta la pareja binacional es que uno de los dos miembros debe dejar su lugar de origen, migrar y afrontar un duelo de separación de su familia y amigos/as (Bermúdez y Brik, 2010).

Además, el hecho de que el proyecto migratorio no incluya fecha de reagrupación con la familia de origen hace más complicada la despedida, y en ocasiones que la familia de origen del migrante no apruebe su proyecto (Roca, Soronellas y Bodoque, 2012).

  • Familia de acogida

“ Yo me he criado y he vivido desde siempre en un pequeño pueblo de Lleida, aquí nos conocemos todos y de hecho es habitual que la gente se case con gente del pueblo o de pueblos próximos. Podéis imaginaros, lo qué significó para mi madre que me fuera a China y volviera enamorado, he de confesar que al principió me costó contárselo, y enseguida ella empezó a pensar en qué dirían los del pueblo, pero poco a poco todos lo fueron aceptando, y ahora hasta el del supermercado nos trae productos chinos”

La familia “política” es el primer nivel relacional en el nuevo proyecto del migrante, por lo que su aceptación y buena acogida facilita la adaptación de la pareja al nuevo contexto. Sin embargo, es frecuente encontrar en un primer momento actitudes de rechazo, donde los prejuicios y estereotipos nacionales toman un papel protagonista, además, los entornos pequeños son más sensibles a la opinión pública, por lo que se acentúa este rechazo.

No obstante, el factor tiempo, es mencionado por todas las parejas transculturales como factor de normalización y aceptación (Roca, González y Anleu 2012).

Para las familias de origen de ambos miembros de la pareja, en general, es importante conocerse y compartir vínculo, incluso aprobarse entre ellas, sin embargo, en el caso de las parejas binacionales, esto no ocurre.

La distancia, hace que las familias no hayan convivido juntas, en ocasiones ni se conocen y sólo se encuentran en ocasiones muy especiales como la boda o nacimiento de los nietos/as, y si la economía lo permite. Además, en ocasiones éstas no comparten ni conocen el idioma de las otras, lo que complica todavía más las relaciones y por tanto la aceptación del proyecto conyugal.

  • Negociación Cultural

“Tenemos conversaciones interminables sobre cosas que no van a cambiar ni en Roberto ni en mí misma. Nuestros orígenes nos marcan y muchas veces queremos que uno de nosotros se destaque por encima del otro en casa, él no aguanta la música de mi país o la decoración de la casa, a veces él cede, pero otras tenemos conflictos, siento que vivo en una negociación continua”

Cuando se forma la pareja transcultural binacional, en un primer momento, las preocupaciones radican en cómo va a ser la integración al nuevo destino, cómo se lo toman las familias de origen o en qué va a trabajar el miembro de la pareja que ha migrado.

Esto hace que no sean tan conscientes de lo diferentes que pueden llegar a ser sus creencias y prácticas, por lo que después de unos meses se puede producir un desajuste en las expectativas y un sentimiento de frustración, cuando los rituales cotidianos de uno y otro entran en conflicto (Kong, 2012)

  • Comunicación

El español y el chino son idiomas muy diferentes, no obstante, antes de venirme, estuve recibiendo clases, y la verdad que me desenvolvía bastante bien hablando con Roberto. Pero cuando llegué a España, no conseguía mantener ninguna conversación, cuando estábamos en grupo la gente hablaba al mismo tiempo y me respondían antes de terminar de hablar, además gritando un montón”

La comunicación entre la pareja binacional, se complica por la diferencia de sus idiomas maternos, pero también en los estilos y pautas de cada cultura.

Wiggins (2004) destaca que la expresión de sentimientos y pensamientos se vuelve en ocasiones confusa y desencadena en malentendidos. Además, la distancia entre interlocutores, los códigos de saludos, los turnos de palabra, o el volumen de la voz, hace que la pareja en muchas ocasiones se comuniquen de manera conflictiva o incómoda.

  • Dependencia

Cuando llegué a España, no conocía a nadie, y a penas me defendía con el español, así pues, mi familia era Roberto, y mis amigos/as, los/as suyos/as. Aunque yo había ahorrado algo de dinero, los ingresos provenían únicamente de su trabajo, por lo que me sentía que dependía mucho de él y que no podía ir a ningún sitio sin él, se fue de viaje por trabajo y lo pasé fatal. (…)Me ayudó mucho empezar a trabajar y conocer gente por mí misma”

El proceso de incorporación del migrante por razones conyugales a la sociedad de acogida se califica como dependiente, porque el miembro de la pareja de destino es el que proporciona los recursos económicos, vivienda y entorno social.

Además, el hecho de que el migrante haya tenido que renunciar a sus orígenes y en muchas ocasiones a su trabajo por la pareja, hace que aquel que no ha renunciado se sienta en deuda y deba ser el que se ocupe de facilitar al máximo la adaptación de su pareja al nuevo contexto.

Se produce de esta forma un desequilibrio entre los recursos que a porta cada uno de los miembros, que en un primer momento puede estar justificado por el proceso migratorio, pero que poco a poco puede crear una dependencia emocional, social y económica que posicione a la pareja desde una asimetría conflictiva.

  • Roles de género

“Otro aspecto que me ha costado entender es la relación que mantienen entre hombres y mujeres España. En mi país, el hombre siempre se encarga de cuidar a la mujer, de invitarle a cenar y de conducir, nosotras siempre se lo devolvemos con regalos”

Las diferencias en los roles de género para hombre y mujeres pueden afectar a la relación de pareja transcultural binacional, ya que debido a que cada cultura tiene diferentes expectativas, pueden surgir malestares respecto al reparto de tareas domésticas, cuidado de los hijos/as, administración del dinero o incluso expresión de la afectividad Wiggins (2004).

CONCLUSIÓN

La formación de una pareja Transcultural binacional conlleva el desafío de integrar dos mundos diferentes, el cuál  uno de los dos miembros debe migrar para consolidar el proyecto conyugal.

Referencias Bibliografia

Eduardo Brik

Eduardo Brik

Médico Psicoterapeuta

Director de ITAD y  del «Máster en Terapia Familiar Sistémica» y presidente de la Asociación «Terapias Sin Fronteras»
Web: https://eduardobrik.com
Correo: info@itadsistemica.com

Borja Cuellar

Borja Cuellar

Psicólogo

Volcal del área de diseño y desarrollo de Proyectos sociales en la Asociación» Terapias Sin Fronteras» y Psicólogo
Autor del Blog: «que piensa un psicólogo»

   Blanca Cividanes Granda

Blanca Cividanes Granda

Psicóloga

Psicóloga general sanitaria (Universidad Pontificia de Comillas)