Trastornos Psicosomáticos
Raquel Beraiz
Psicóloga
Contenidos
1. Definición de los Trastornos Psicosomáticos
En la actualidad no existe consenso sobre lo que constituyen los Trastornos Psicosomáticos. Se definen como un grupo de trastornos en los que la característica común es la presencia de síntomas físicos que sugieren una enfermedad médica, pero cuya aparición y desarrollo se ven influidos en buena medida por variables psicológicas.
De acuerdo con el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), se denominan de manera global: Trastornos de síntomas somáticos y trastornos relacionados. Incluye los diagnósticos de Trastorno Psicosomáticos (de los que hablamos en el artículo), trastorno de ansiedad por enfermedad, trastorno de conversión, factores psicológicos que influyen en otras afecciones médicas, trastorno facticio, otro trastorno de síntomas somáticos y trastornos relacionados especificados, y no especificados.
Actualmente se considera que los trastornos psicosomáticos son causados principal por conflictos psíquicos, que generan en el individuo niveles de ansiedad que éste no puede gestionar, por lo que la encausa a través del cuerpo, manifestándose en el sujeto mediante un malestar de apariencia biológica.
Por lo tanto, los trastornos y/o síntomas psicosomáticos son medios por los cuales el cuerpo se convierte en el medio mediante el cual son expresados malestares emocionales que no pueden ser verbalizados.
A pesar de que la gran prevalencia de este tipo de trastornos, sobre todo en la infancia y en la adolescencia, en general, todas las enfermedades físicas tienen en sí un alto componente psicológico y viceversa. Es importante que los profesionales de la salud, tanto médicos como psicólogos, tengan esto en cuenta, para poder llevar a cabo una correcta evaluación y tratamiento.
“Los trastornos psicosomáticos constituyen un modelo integral de trastorno, en que lo físico interacciona con lo psíquico, dificultando su comprensión.”
2. Enfermedades o Trastornos Psicosomáticos y Síntomas que pueden presentarse
En la actualidad se reconocen un sinfín de enfermedades psicosomáticas: Artritis reumatoide, colitis ulcerosa, asma bronquial, hipertiroidismo, hipertensión arterial esencial, migraña, fibromialgia, enfermedades autoinmunes, Síndrome del Intestino Irritable, diferentes enfermedades dermatológicas como Psoriasis, urticaria, dermatitis atópica, infecciones, determinados cánceres, etc.
Diversos autores han revelado que las enfermedades psicosomáticas pueden presentarse con diversas sintomatologías, aun así, existen dos formas posibles en las que se manifiesta haciéndose necesario establecer una subdivisión:
- Síntomas sin signos físicos: cualquier manifestación que no presenta signos verificables mediante pruebas diagnósticas, aunque si síntomas, como pueden ser: adormecimientos de extremidades, dolores articulares y en otras ubicaciones somáticas, agotamiento y/o debilidad, entre muchos otros.
- Síntomas con signos físicos: presentan síntomas con evidentes signos físicos verificables, que pueden complicar un diagnóstico médico, ya que se genera una desviación del enfoque al buscar posibles factores de origen puramente biológicos-orgánicos.
Estos pueden ser: diarrea y estreñimiento, gastritis, problemas cardiacos como taquicardia y/o respiratorios como el asma bronquial, etc.
3. Factores de Riesgo
Al hablar de factores de riesgo de este tipo de trastornos, tenemos que referirnos a la combinación de diversos factores: biológicos, familiares, sociales o culturales y psicológicos.
- Factores Biológicos:
En relación a la edad, los Trastornos Psicosomáticos son una de las formas clínicas de expresión más común de los trastornos mentales en la infancia y la adolescencia. Sánchez y Guerrero (2017) puntualizan que, aunque puedan presentarse en cualquier etapa, en los niños se presentan con mayor frecuencia que en los adultos. Este tipo de sintomatología no tratada correctamente en la infancia puede ser el origen de psicopatologías en adultos.
En relación al sexo biológico, antes de la pubertad afecta por igual a ambos sexos, en cambio durante la adolescencia y la adultez las mujeres manifiestan más quejas somáticas que los hombres.
- Factores Familiares:
Minuchin (2009) hace referencia a las “Familias Psicosomáticas”, que se caracterizan por tener una escasa capacidad de adaptación al cambio, gran evitación de conflictos, evitación de la agresividad, se caracterizan por el sacrificio, el aglutinamiento y en las cuales puede haber coaliciones intergeneracionales y secretos familiares.
- Factores Sociales y/o Culturales:
En cuanto a la variable transcultural, se hace referencia a que los Trastornos de Somatización pueden agravarse u originarse por la influencia de diferentes variables culturales y sociales. Estas dolencias pueden asociarse al duelo y el estrés migratorio, considerando que el proceso migratorio conlleva una sobre-exigencia emocional al inmigrante que de acuerdo a su personalidad y antecedentes traumáticos personales, tendrá una mayor o menor capacidad de gestionar adecuadamente, evitando la aparición de estos trastornos.
- Factores Psicológicos:
Diversos autores han encontrado diferentes características Psicológicas predisponentes en relación a los Trastornos de Somatización, entre las que se encuentran:
– Alexitimia: es considerada como un déficit en el procesamiento cognitivo y en la regulación de las emociones. Las personas con alexitimia son más vulnerables a los síntomas somáticos debido a su dificultad para establecer una diferenciación entre las emociones y las sensaciones corporales.
Consta de cuatro características de carácter cognitivo- afectivo: Dificultad para identificar y describir emociones, dificultad para distinguir las emociones de las sensaciones corporales , reducción o ausencia de pensamiento simbólico (falta de capacidad imaginativa), modo de funcionamiento cognitivo desprovisto de contenido afectivo.
– Estilo amplificador: estilo perceptivo de atención e hipervigilancia al “ruido corporal”, tendencia a seleccionar sensaciones banales e infrecuentes y reaccionar ante ellas de manera alarmante y con estados de ansiedad.
– Neuroticismo: tendencia a responder con una activación emocional intensa ante una amplia gama de estímulos del entorno, aumentando la probabilidad de presentar malestar, ansiedad y síntomas corporales.
– Hostilidad: actitud que puede predisponer a la aparición de respuestas emocionales de ira o cólera, y a la emisión de conductas agresivas. Va asociada a la presencia de síntomas médicos, más bajas laborales, trastornos del sueño y consumo de sustancias.
– Afectividad negativa: Constructo que predispone actitudes y temperamentos (neuroticismo, irritabilidad, hostilidad, tendencia a la preocupación), variables psicosociales (soledad, dificultades de relación interpersonal) y estados psicopatológicos (malestar emocional, ansiedad, depresión) que sitúan a la persona en riesgo de disfunción psicológica y orgánica.
«Los Trastornos y/o Síntomas Psicosomáticos son medios por los cuales el cuerpo se convierte en el medio mediante el cual son expresados malestares emocionales que no pueden ser verbalizados.»
4. Tratamiento de los Trastornos Psicosomáticos
El tratamiento de los Trastornos Psicosomáticos es variable, dependiendo de la persona y de la patología que muestre, pero siempre habrá que visualizarlo desde un paradigma de tratamiento multidisciplinar.
En relación a la intervención médica, los pacientes suelen rechazar el tratamiento psiquiátrico, aunque algunos lo aceptan si se centra en la reducción del estrés. Las exploraciones físicas frecuentes, sirven para que el paciente vea que sus médicos no lo están abandonando y que sus quejas se toman en cuenta. El tratamiento psicofarmacológico es útil cuando se ponen en evidencia, un trastorno de ansiedad o depresivo.
En relación a la intervención psicológica, es importante entender que el lenguaje de estos pacientes es su propio cuerpo. El objetivo es transformar el cuerpo en narrativa, ya que la clave está en la palabra.
Para estos pacientes es complicado conectar los síntomas físicos con la parte emocional, pero es esencial lograr esta conexión. Cuando esto ocurre, se consigue dar forma al síntoma a través de la narrativa, y con ello el paciente logra entender que el origen está en su malestar psíquico. No existe una forma única de elaborar el problema, es el propio paciente el que crea su discurso y expone su contenido emocional. El proceso es por lo general largo y complejo, ya que muchos pacientes les cuesta mucho lograr conectar la parte física o somática y la parte emocional.
Las técnicas cognitivo – conductuales también van a tener un papel fundamental en el tratamiento de estos pacientes, explicando los síntomas, con solución de problemas, gestión de emociones, reestructuración cognitiva, etc.
La psicoterapia grupal suele ser de ayuda porque el apoyo y la interacción social reducen la ansiedad.
5.Trastornos Psicosomáticos en pacientes migrantes
Como hemos visto los Trastornos de Somatización pueden agravarse u originarse por la influencia de diferentes variables culturales y sociales.
El proceso migratorio es un momento vital de la vida de la persona que puede experimentarse con gran estrés debido a las situaciones de traumas, crisis y de cambios que se vivencian. Esto puede llegar al grado de generar enfermedades psicosomáticas en las personas migrantes.
En cuanto al tratamiento en pacientes migrantes, es importante tener en cuenta que los síntomas psicosomáticos pueden crear tensiones entre los profesionales de la salud, debido a las dificultades que puede haber en el entendimiento y en el concepto de enfermedad que manejan unos y otros.
Es importante tener en cuenta los elementos culturales, espirituales e, incluso, de tipo político.
No existe un conocimiento por parte de los profesionales sobre cómo son tratados estos síntomas en la cultura de origen del paciente migrante, por lo que es importante informarse para llevar a cabo intervenciones apropiadas a la cultura de cada paciente. De allí que el personal sanitario desarrolle Competencias Transculturales y se forme en estos temas para un mejor ejercicio de su profesionalidad.
6. Bibliografía
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